Un grupo de estudiantes norteamericanos ha creado una orquesta basada en el famoso teléfono iPhone. Utilizando aplicaciones del teléfono, muchas de ellas creadas por los propios intérpretes, emulan los sonidos de los instrumentos clásicos: el micrófono imita los instrumentos de viento, los sensores de movimiento crean sonidos al ser agitados…
El primer concierto está anunciado para el miércoles, tras tres meses de preparativos dirigidos por el investigador informático y músico austríaco Georg Essl.
Aquí vemos una vez más como lo digital gana terreno a lo analógico pero, con esta nueva sustitución se vuelve a abrir el debate:
¿Hasta qué punto es válida esta transformación?
O la pregunta del final es retórica o no entiendes nada...
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