lunes, 6 de abril de 2009

Hacer Hincapié

Cuando uno escribe para un público tan exigente como ustedes, un público culto y de carácter augusto, no le queda otra que cundirle el pánico.
Por eso yo, que soy poco amiga del desasosiego, he optado por la solución más sencilla para pasar rápido y eficazmente la prueba número uno: la elección de un tema a tratar.

Sin dudarlo, me he dirigido hacia el diccionario más completo que he encontrado. Lo he abierto aleatoriamente, y he escogido una de sus palabras al azar. Pero ahí (dándome tardía cuenta de ello) ha llegado la verdadera dificultad: Cómo desarrollar un escrito suficientemente interesante con la palabra "Hincapié" como protagonista.

Tras una breve reflexión, he respirado hondo, y he visto que no todo estaba perdido, ya que se trata de una palabra con mucho más significado del que aparenta a primera vista.


Todos los días esta acción está presente en nuestras vidas. De hecho, hay mucha gente que dedica su vida a ello.

Por ejemplo, las abuelas. Ellas hacen hincapié en lo necesario que es ponerse una rebequilla cuando refresca, comer abundantemente y llamarlas cada poco tiempo para insistir en lo mucho que las quieres.

Otra gente experta en hacer hincapié son los teleoperadores. Esas personas que suelen llamar a tu casa a la hora de comer o en mitad de la única siesta que has podido echarte en meses. Los pobres (o desgraciaos, según el punto de vista del receptor del auricular) insisten en que tienen algo interesantísimo para tí. Algo que te va a solucionar la vida. Y tú piensas que tal vez sea verdad, pero que ya por el simple hecho de haber sido tan desconsiderados al llamar precisamente en ese momento, no se merecen ni un melódico "que tenga usted un buen día."

Hacer hincapié en lo mucho que trabajas es fundamental para que la gente de alrededor reconozca tus esfuerzos. Precisamente al hablar de esto se me viene un ejemplo claro a la cabeza. Un buen día te invitan a una casa a tomar algo y la anfitriona, persona de gran corazón, no para de recoger cualquier tipo de migaja al instante sin dejarse ayudar. Pero eso sí, haciendo constante hincapié en que la única persona que se mueve es ella, y que si no fuera así, todo estaría hecho un desastre, ya que (y esto no lo suele decir en alto) el resto de personas que tiene alrededor son unos auténticos incompetentes.

Sí señores, hacer hincapié está a la orden del día. Ya puedes haber subido al Everest que como no insistas en ello, la gente te va a mirar como un pobrecillo que seguramente no haya salido ni de su pueblo.

Y yo sin saber la importancia de esta palabra hasta hoy.



Mina Fumetti

2 comentarios:

  1. Pues eso no hagas hincapie y serás mas feliz.
    Eres un literario que no un escritor novel.
    Chaval dejate ir
    que ya va siendo hora

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  2. Querido amigo comentarista, ser feliz es difícil, pero se intenta. El problema es cuando en vez de hacer hincapié a uno le hincan el pie. ¡Felices vacaciones, y saludos institucionales!

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